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LA HISTORIA, PIEZA POR PIEZA

01/07/2020
Un equipo especial en el Museo Nacional del Palacio, con sede en Taipei, está dedicado a restaurar una amplia variedad de artefactos, como los rollos de caligrafía, a su gloria original. (Foto cortesía del Museo Nacional del Palacio)

Los esfuerzos de restauración devuelven a valiosos artefactos su gloria original, preservándolos para las futuras generaciones.

Manipular invaluables artefactos podría ser una idea aterradora para la mayoría de las personas, pero es parte de la vida diaria de Hung Sun-hsin, de 53 años de edad. Durante sus 17 años como restaurador en el Museo Nacional del Palacio (NPM, siglas en inglés) en Taipei, ha reparado y restaurado cientos de pinturas y obras de caligrafía.

“Me emociona mucho tener un contacto tan cercano con nuestros tesoros nacionales”, aseguró Hung, añadiendo que “a pesar de que enfrento muchos retos en mi profesión, me alegra y satisface jugar un papel en la conservación de nuestro patrimonio cultural”. Como restaurador, su meta es devolver una pieza de arte a su apariencia original y expandir su vida útil al prevenir que se deteriore aún más. Esta es una tarea difícil que demanda de mucho cuidado.

“La capacitación para convertirse en un restaurador profesional se toma al menos diez años, ya que el trabajo requiere de habilidades técnicas y conocimiento multidisciplinario en las artes, las ciencias y la tecnología”, explica Hung. “Uno necesita comprender las propiedades de los diferentes materiales y las técnicas usadas por los artistas, estudiar las causas del deterioro y escoger los mejores métodos de restauración”, indicó Hung.

Hung Sun-hsin (izquierda) ha reparado y restaurado cientos de pinturas y obras de caligrafía durante sus 17 años como restaurador en el NPM. (Foto de Chen Mei-ling)

Hung forma parte del equipo de trabajo que realiza las reparaciones para restaurar objetos en el NPM, el único en su tipo dentro de un museo en Taiwan. Con su diversa colección de obras históricamente significativas, el NPM es responsable de salvaguardar muchos de los tesoros irremplazables de la humanidad, señaló Yen Su-fen, directora del Departamento de Registro y Restauración. En total, el NPM cuenta con una colección de casi 700.000 antigüedades, que abarcan desde libros, caligrafía, pergaminos y pinturas, a bronces, cerámicas, bordados, y piezas de jade y de laca. Los objetos abarcan unos 7.000 años de historia, ya que datan desde el período Neolítico hasta la dinastía Qing (1644-1911).

El equipo de trabajo mejora la condición de estos objetos haciéndose cargo del deterioro y estabilizando la estructura física. Para Hung, esto significa reparar los daños causados por insectos, desgaste en la pintura, roturas y lienzos debilitados. Al mismo tiempo, los restauradores deben documentar los tratamientos con fotografías y notas. Estos registros, añadió Hung, son de vital importancia para ayudar a la siguiente generación de personas cualificadas a continuar los esfuerzos de preservación, al mismo tiempo que se permanece fiel a las intenciones originales de su creador.

Los restauradores del NPM reparan cuidadosamente el daño en textiles y pinturas. (Fotos de Chen Mei-ling)

Según Yen, el equipo opera bajo el principio de que los tratamientos de restauración deben ser fáciles de distinguir del original, pero que no deben alterar permanentemente el objeto. “Estamos felices de estar a la vanguardia de las prácticas modernas de conservación en el sector de los museos, con un equipo de especialistas de planta comprometidos a preservar la integridad y el valor inherente de las obras de arte originales”, añadió Yen.

Expansión de la industria

Con el transcurso de los años, la preservación de las piezas de arte ha tomado mayor importancia para las casas de subastas, autoridades culturales, fundaciones, galerías y coleccionistas privados. “Hemos visto un aumento en la demanda para la restauración de antigüedades y obras de arte al igual que de recuerdos de familia como fotografías de los antepasados y archivos genealógicos”, explicó Li I-cheng, director del Centro de Conservación en la Universidad Cheng Shiu (CSU, siglas en inglés) en la ciudad de Kaohsiung, en la parte sur de Taiwan.

Li I-cheng, director del Centro de Conservación en la Universidad Cheng Shiu de la sureña ciudad de Kaohsiung, explica las características de las pinturas de Chen Cheng-po, una figura icónica en la historia del arte de Taiwan. (Foto de Chen Mei-ling)

Con frecuencia, los objetos de importancia cultural, histórica o personal requieren de mantenimiento constante debido a factores ambientales, de uso humano o del proceso natural de envejecimiento. El centro de la CSU ha experimentado una expansión en sus instalaciones, personal y variedad de servicios desde que comenzó a operar en 2005 a fin de cumplir con la expansión en la gama de necesidades de preservación. El centro, que cuenta con equipo para diagnóstico por imagen capaz de reflectografía infrarroja, iluminación infrarroja y radiografías por rayos X, es ahora la instalación más grande de su tipo en Asia.

“Tratamos de usar métodos no destructivos para obtener información acerca de las características de una obra de arte que son invisibles para el ojo humano, como por ejemplo, su composición interna y restos de bosquejos o pentimento”, señaló Li. “Estos descubrimientos ayudan a nuestros restauradores a hacer mejores evaluaciones de la condición del objeto antes de desarrollar opciones para su tratamiento”, explicó Li.

Li considera que las innovaciones tecnológicas son el eje de la evolución de la restauración del arte. Por esta razón es que su equipo se esfuerza por investigar y desarrollar nuevas herramientas y materiales en cooperación con los departamentos de ingeniería de la universidad. Varios de los inventos de la universidad, incluyendo marcos para estirar los lienzos, agentes de limpieza y escáneres para pinturas al óleo, han recibido patentes y ganado premios en competencias internacionales.

El centro de la CSU cuenta con equipo avanzado incluyendo microscopios ópticos y artefactos de iluminación ultravioleta, sumamente importantes para obtener información acerca de las características de las obras de arte que son invisibles al ojo humano. (Foto cortesía de la Universidad Cheng Shiu)

La CSU ha recibido amplio reconocimiento por sus servicios de restauración de alta calidad, con sucursales en Taipei, Hong Kong y Singapur. Entre los numerosos coleccionistas e instituciones públicas y privadas a las que el centro brinda servicios local e internacionalmente se encuentran la casa de subastas británica Christie’s y la Fundación Cultural Chen Cheng-po. Esta última es una institución en honor de uno de los primeros pintores de Taiwan que emplearon el estilo occidental y a quien se considera una figura icónica en la historia del arte de la nación.

Según Li, su centro busca además promover la conciencia del público en cuanto a la preservación del arte y la restauración a través de actividades interactivas, exhibiciones, conferencias y seminarios. “Es maravilloso observar que se presta cada vez más atención a la protección de los valores culturales en todo el mundo”, afirmó Li, agregando que “con nuestra experiencia acumulada por largo tiempo, personal cualificado y experiencia técnica, tenemos confianza en que nuestra empresa crecerá y alcanzaremos la fama para nosotros y nuestro país en este campo tan especializado”.

Perspectivas futuras

La demanda por la restauración de piezas de arte también ha incrementado la demanda de profesionales cualificados. Sabiendo de este mercado, la CSU recientemente estableció el Instituto de Diseño Cultural Creativo y Técnicas para la Preservación del Arte, que comenzó a ofrecer cursos de maestría en preservación y restauración del arte en 2019. Otras instituciones de educación superior en Taiwan están también dedicadas a cultivar la siguiente generación de especialistas que se unirán a los equipos de expertos en el NPM, la CSU y organizaciones similares.

Los especialistas de la CSU llevan a cabo tratamientos de restauración en una escultura de un tigre y un panel de madera tallada. (Fotos de Chen Mei-ling)

Uno de los programas de capacitación más abarcadores en el país es el que gestiona el Instituto de Posgrado para la Preservación de Reliquias Culturales y Museología, establecido en 1999 en la Universidad Nacional de las Artes de Tainan (TNNUA, siglas en inglés) en el sur de Taiwan. Su programa de maestría de tres años cuenta con un programa de estudio avanzado compuesto de conferencias, talleres, giras de campo y pasantías. “De alguna forma, los restauradores son como doctores que trabajan para evaluar las condiciones, diagnosticar los problemas y determinar el tratamiento, caso por caso”, explicó Tsai Fei-wen, profesora en el instituto de la TNNUA. “Por ello, nuestro método de instrucción enfatiza en la capacitación práctica, a fin de preparar a los estudiantes mejor para cuando ingresen al mercado laboral después de su graduación”, aseveró Tsai.

El currículo básico del instituto abarca una amplia gama de asignaturas, incluyendo Química, Gestión de Biodeterioro, Ciencia de los Materiales y Análisis Microscópico. Asimismo, se ofrecen cursos especializados en las técnicas tradicionales de encuadernado de libros, enchapado, montaje, pintura, grabado y tallado en madera.

La profesora Tsai Fei-wen de la TNNUA (segunda a la derecha) instruye a los estudiantes acerca de cómo restaurar materiales de archivo. El currículo del instituto enfatiza la capacitación práctica para preparar mejor a los estudiantes cuando entren al mercado laboral. (Fotos de Chen Mei-ling)

Los cursos se complementan con una pasantía obligatoria de seis meses de duración, para la cual los estudiantes compiten por puestos en varias instituciones locales y en el extranjero. Las opciones incluyen el NPM, el Museo Nacional de Historia de Taiwan en Tainan y el Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwan en la ciudad de Taichung, así como el Museo Nacional Germanisches en Alemania, el Museo Metropolitano de Arte en Estados Unidos y el Rijksmuseum en los Países Bajos.

“Exigimos que los estudiantes completen este período de prácticas a fin de que obtengan experiencia en el mundo real y establezcan contactos valiosos”, señaló Tsai. “Es también su mejor oportunidad para probar opciones potenciales para su carrera y mejorar sus perspectivas laborales”, opinó Tsai. Además, las agencias gubernamentales a cargo de los asuntos culturales frecuentemente asignan a Tsai y los otros profesores en el instituto la reparación de artefactos dañados, lo cual crea oportunidades para que los estudiantes se involucren en este proceso.

Al igual que Hung en el NPM, en el transcurso de su carrera, a los graduados de estos programas de restauración les estará confiada la rara oportunidad de trabajar directamente con la historia humana. “No todas las personas llegan a ver las obras de arte originales de tal valor estético e histórico tan de cerca”, afirma el restaurador. “Me siento bendecido de tener este privilegio tan especial”, afirmó Hung. 

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